jueves, 10 de mayo de 2007


Introducirme en mi pasado exsquicito sería
como volver a la mejor parte de un libro
a la escena preferida de una película que se ganó los
mil y un oscars.
Provocaría cortocircuitos en mi persona, en mis relaciones
y experimentaría con mis fuerzas nuevas.
Y también me daría el lujo de observar el teleteatro:
Mi cuerpo en todo su pasado dando saltos y golpes
¡Me reiria tanto de mi misma!..de ciertas ingenuidades,
de ciertos complejos, de ciertos pensamientos.
Y así también me acercaría y me ofrecería una copa de ron o
tequila o alguna sustancia de algún bar mediocre famoso
donde yo vivía borracha de felicidad ciega.
Y si tubiera el poder de colapzar toda mi vida en un
instante le sonreiría a aquel conocido como si hubiese sido
mi mascota preferida y luego
tomaría una hoja del árbol y la cortaría en mil pedazos
mientras marcho hacia la calle Vélez Sarfiel en busca
de alguna vereda comoda donde sentarme, de alguna visita
interesante donde poder sacar algun recuerdo.
¿Pero que más necesito hoy que una dosis de pastillas blancas,
un sweater viejo y unas medias?
Volveré a mi vida real y saldre a caminar, a pintar todas las mañanas
y a buscar cosas inexistentes en la gente, recordando cada frase
como si fuese un trapo viejo de una cocina rota.
Experimentando el sabor de este maldito presente.

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