
Cuando abro mis ojos y logro
ver las sobras de un paraiso de simples
sueños, casi siempre suelo caer
sobre mi misma y entender por fin
algo de toda esta realidad inentendible.
Despierto con la esperanza de quizás volver
a lo otro, a eso que eras antes de despertar
y que todavía flota, todavía está en mi,
en vos mismo, pero emieza a irse...
Entre tanta lagaña pegada, tanta saliva,
tanto pelo despeinado logro enfriar mi cara
y mirarme al espejo. En ese instante
observo que todo se ha olvidado, mi sueño
desapareció en una gota de agua que se
sumerguió entre tanto lavatorio.
Y ya no logro ser la misma por unos minutos.
Me siento y suelo pensar: "que era lo que
había imaginado precisamente?",
"que sueño fué el que esta noche me hizo libre?"
Y no logro entender como tanta libertad,
en un abrir y cerrar de ojos, se me ha
escapado.