miércoles, 9 de mayo de 2007

El gran Buenos Aires


Es la hora, mis pensamientos se han agotado y no hay más por guardar. Llevo conmigo un par de zapatos,mi mirada, mi fuerza desnutrida y recuerdos de una infancia con pocos momentos. Han sido largos estados de animo que me han hecho bien, pero hoy, que no pertenezco a nada y a nadie, las canciones se me hacen cortas y los dias cada vez mas lejos.¿Cómo debería atreverme a decir que estoy perdida si se muy bien donde estoy pisando? Mis pies sienten el rozar de esta tierra que nutre todos mis sentidos hundiendome al fin en los momentos mas letales de mi vida. He de partir, un pantalon gris, un sweater de aquel hombre que talvéz alguna vez dijo que me comprendía cuando siempre supo que nunca iba a saber quien era y una bufanda que encontré en un lugar de poca importancia... Mi furia está a punto de estallar y se avecina un cambio, aquel que esperé tanto y hoy no me lleva más que a refuigiarme en los recuerdos de una mente que en estos dias no ha dejado de huir de mi cuerpo.No me arriesgaría a decir que este viaje
es de ida y no de vuelta, pero si sabría decir que esta agus es de ida y no de vuelta, y el miedo que le tengo a las pastillas que vengo tomando es estúpido al lado de la cantidad de sensasiones que se unen en este instante, en mi punto de la vida, en mi camino de 5 esquinas..como cuando creíamos que todos los dias iba a querer cambiar el mundo, como cuando todos los dias eran de papel, lápiz y un amigo que parecía ser eterno, así como cuando dije que te quería más que a nadie y que siempre ibas a ser mi amor eterno...hoy estoy aquí, parada frente al viento del otoño que se hizo hermoso y a su vez catastrófico (y a su vez todo eso junto le dió su caracter exquicito!)... con las lagrimas tragadas, con mi pelo sucio y olor a tierra ..aqui estoy deseando huir por un rato de tanta hermosura ingrata, sabiedo que no volveré nunca mas a ser la misma de hoy...creyendo en todo y confiando en nadie, he de partir para no volver... No estoy muerta, simplemente ando dormida.

¿Quien estaba de vuelta de si mismo, de la soledad absoluta que representa no contar siquiera con la compañia propia, tener que meterse en el cine o en el prostibulo o en la casa de los amigos o en una profesion absorbente o en el matrimonio para estar por lo menos solo-entre-los-demas? Asi, paradojicamente, el colmo de soledad conducia al colmo de gregarismo, a la agran ilusion de la compañia ajena, al hombre solo en la sala de los espejos y los ecos. Pero gentes como el y tantos otros, que se aceptaban a si mismos (o que se rechazaban pero concientemente de cerca) entraban en la peor paradoja, al estar quizas al borde de la otredad y no poder fanquearlo. La verdadera ortedad hecha de delicados contactos, de maravillosos ajustes con el mundo, no podia cumplirse desde un solo termino, la mano tendida debia rsesponder otra mano desde afuera, desde lo otro.


Julio cortazar para empezar